miércoles, 9 de abril de 2008

Un cuento


11 comentarios:

Anónimo dijo...

Sintió frio tras la última pirueta, la que la llevó hasta un ricon apartado de la sala de ensayos de su maestro C. Carpena. Fue solo un istante de frio de simas, de abismo. Después bailo con toda su furia con toda la pasion que sentía cuando se enfundaba el tutu. Luego con sus pasos medidos llegó hasta el ventanar donde se encontraba su maestro, y con la sincronia de alada de sus manos le invito a un viaje.

dama_serena dijo...

Gracias. Y danzaron dejándose envolver por la música, sintiendo cada nota en su ser, siendo uno a través de ella. Pura armonía.

Hay un libro, "Mujeres que corren con los lobos", magnífico, que en sus páginas (311 y sig.) hablan de las zapatillas rojas. Merece la pena leerlo.

Anónimo dijo...

Gracías. Por Clarissa Pinkola. Un beso

dama_serena dijo...

Ese mismo! Magnífico, verdad?

Anónimo dijo...

que haces Dama. Aquí, en Cáceres llueve. El ordenador está en la galería que da al patio. Veo felices a los geranios. Una pasada.

dama_serena dijo...

Holaaa, aquí ya ha empezado a llover, que falta hacía. Yo veo a los pinos refrescarse! Todo bien?

Anónimo dijo...

dama nunca he dejado de estar. Hablame de los pinos.

dama_serena dijo...

Me protegen y perfuman las mañanas al salir, las tardes más intensas aún y las noches de viento les oigo hablar.

Anónimo dijo...

Da gusto leeros.
R.

PRU dijo...

Un cuento. Un baile. Un lugar. Muchos sentimientos...

Besos danzarines...

dama_serena dijo...

Danza en el aire, coreografía sobre la marcha, música en las ondas!

Besos acompasados